28/2/07

Un balazo para Gardel: una historia con variaciones

Por Carlos Hugo Burgstaller

El comienzo de esta historia es, en realidad, el final. Pues sabido es que en el cadáver de Gardel encontrado luego del accidente de Medellín, se alojaba una bala. Y esto provocó muchas especulaciones sobre lo que había sucedido dentro del avión al momento del accidente. Se habló mucho de algunos disparos que hubo en la cabina y que además de herir a Gardel provocó el accidente. Ahora bien, en realidad esa bala estaba alojada en el cuerpo de Gardel desde muchísimos años antes.

Esta historia comenzó la noche del 28 de diciembre de 1913, en aquella oportunidad don Pancho Taurel y algunos amigos invitaron al dúo Gardel-Razzano a actuar en lo de Madame Jeannette. Esta mujer, muy bella por cierto, también era conocida como La Ritana y regenteaba una lujosa casa de citas.

Aquella noche sucedió lo de siempre: excelentes bebidas, mejores mujeres, música, algunos tangos bailados y canciones criollas a cargo del dúo. Ya en la madrugada alguien sugirió seguir la fiesta en el lujoso Armenonville.

Al momento de la despedida y con la confusión que esta produjo La Ritana se aproximó a Gardel y le insinuó que no estaba bien que fuera a un lugar de tanto lujo con su guitarra bajo el brazo. Y que lo mejor sería que dejara el instrumento y pasara a buscarlo cuando quisiera. Era esta toda una invitación. Por supuesto que Gardel interpretó esto inmediatamente y dejó su guitarra.

Días después, y con el pretexto de la guitarra, el cantor y la bella dama se encuentran.

Ahora este encuentro no dejaba de tener cierta carga de peligro ya que esta mujer no era soltera, era la mujer de Juan Garesio, un hombre que llegó a ser dueño de uno de los más famosos cabaret de Buenos Aires: El Chantecler. Y con este hombre se conforma la clásica historia de un triángulo amoroso que terminaría mal.

Este Garesio tenía fama de ser un hombre de acción y cuando se enteró de la relación entre su mujer y el cantor, por supuesto, decidió darle un escarmiento al joven Gardel.

El plan urdido por este marido engañado fue muy sencillo: Esperar a Gardel a la salida del teatro San Martín, donde realizaba un fin de fiesta con Razzano y concretar su venganza.

Esa noche elegida fue el 11 de diciembre (una fecha bastante significativa), era el amanecer y Gardel cumplía 25 antano s. La idea de Gardel era ir a la salida del teatro a celebrar con algunos amigos (Elias Alippi, Carlos Morganti, Pepito Petray, Pancho Martino y Abelenda, secretario de la compaZía teatral).

La primera parada de aquel festejo fue en el Palais de Glace; de allí partieron hacia el Armenonville y a la salida de este lugar se encontraron con Garesio y sus amigos. Este hombre increpó directamente a Gardel. Alippi y otros amigos intervinieron inmediatamente y lograron calmar al matón. Gardel y sus amigos suben a un coche y dejan el lugar pensando que todo había terminado. Pero Garesio, obsesionado con su deseo de venganza, los siguió y a la altura de Libertador y Agüero los interceptó. Allí si, de los insultos y los gritos pasaron a la pelea y de pronto un disparo de revolver y Gardel cayó herido. Garesio y su gente se escaparon y Gardel es llevado a una sala de primeros auxilios donde comprobaron que la bala se había alojado en el pulmón izquierdo y se aconsejó llevarlo al Hospital Ramos Mejía. Luego de revisarlo los médicos coincidieron en dos cosas: la primera que era muy peligroso realizar una operación y que convenía dejar la bala en su lugar, y la segunda que por las características del disparo habían tirado a matar.

Unos días de reposo y el mal trance quedó superado. El balazo no acarreó peligro de muerte y la bala quedó alojada en el pulmón de Gardel.

Pero, ¿y que pasó con La Ritana? Bien, parece que para Gardel esta mujer era algo más que un pasatiempo, una conquista más. Y por otro lado no sabían si las ansias de venganza de Garesio estaban satisfechas luego de aquel balazo. Fue entonces que intervino Alberto Barceló, quien además de interesarse por la salud del cantor, a quien admiraba, también tomó parte en el asunto. Barceló sabía que Gardel no llevaría la relación con La Ritana a la altura de un gran amor, pero también sabía que no se iba a intimidar por un balazo. Por otra parte Garesio parecía no estar conforme con el resultado de aquella pelea y quería más.

Así que Gardel fue convencido de que insistir con aquella relación le podría traer problemas mucho más serios y por otra parte Garesio también fue "convencido" de que olvidara el hecho. De esto último se encargó el famoso Rugierito, mano derecha de Barceló. La orden era muy clara: "Si se tocaba a Gardel, Rugierito aplicaría su tisana". Y con esto se dio por terminado el pleito.

Aquella bala alojada en el pulmón de Carlos Gardel lo acompañó hasta su muerte en Medellín sin que nunca le produjera molestia o trastorno alguno.

Esta historia tiene algunas pequeñas variantes, algunos nombres que aparecen y desaparecen como el de Roberto Guevara, que dicen fue quien hizo aquel famoso disparo. Pero todo se pierde, como suele suceder, tras el humo y la neblina de una noche de juerga!#

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1 comentario:

Anónimo dijo...

El incidente del balazo que recibió Gardel ocurrió en su 25º cumpleaños, el 11 de diciembre de 1915 (no 1913), y fue a la salida del Palais de Glace, no del Armenonville.

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