11/1/11

Mantovani y tangos con cuerdas

Por Carlos G. Groppa

Director, compositor, violinista, y pianista Mantovani fue uno de los intérpretes de música ligera más populares y prolíficos de todos los tiempos. Su "cascada de cuerdas", como se le llamó al efecto sonoro que logró con las cuerdas de su orquesta, le dio su distintivo sonido.

Habiendo comenzado su carrera en la década de 1920, fascinado por las facilidades que ofrecían los estudios de grabación, fue uno de los primeros artistas en sacarle ventaja al sistema estereofónico, el primero en vender más de un millón de discos en ese sistema, y el primero en utilizar el LP como medio principal de difusión de su música.

Annunzio Paolo Mantovani -Mantovani para la portada de sus discos y Monty para sus amigos-, nació el 15 de noviembre de 1905, en Venecia, la ciudad italiana a la que le dedicó su composición Lazy Gondolier. Hijo de un violinista de la legendaria orquesta de la Scala de Milán conducida por Arturo Toscanini, estudió piano desde muy temprana edad. En 1912, cuando su padre fue nombrado director de la Covent Garden Orchestra de Londres, su familia se mudó a dicha ciudad. Allí, mientras proseguía estudios de música en el Trinity College cambió el piano por el violín, y aunque éste fue su instrumento de opción, usó siempre el piano para componer.

Al igual que Julio Iglesias, se dedicó al futbol para aportar dinero a su casa y luego, tentado por la música popular, se unió a una orquesta en gira, de la cual se convirtió en violín solista.

En 1923 formó un Quinteto para tocar en el Midland Hotel de Birmingham, siendo uno de sus músicos el saxofonista George Melachrino, que tiempo después reforzaría la escena musical británica con su orquesta.

Con apenas 20 años de edad, fue nombrado director de la orquesta estable del Hotel Metropole, con la cual grabó varios 78 rpm para el sello Regal en 1928, usando el seudónimo de Leonell Gandino.

Su reputación de virtuoso se afirmó con un par de recitales. Poco después, en 1932, comenzó su verdadero éxito al formar su "Orquesta Típica" -nada que ver con las orquestas típicas del tango- para hacer una serie de transmisiones radiales desde el cotizado restaurante Monseigneur de Londres y grabar. Pronto su Orquesta fue la más escuchada por los londinenses, recorriendo exitosamente Inglaterra y grabando desde 1932 a 1936 para varias etiquetas. Dos de sus discos, "Red Sails in The Sunset" y "Serenade in the Night", lograron gran repercusión en los EE.UU.. Así y todo, no pudo conquistar ese mercado, donde orquesta similares, como las de David Rose y Percy Faith, comenzaban a asomarse a la escena.

En 1937, al ser contratado por Columbia, la grabadora le amplió la orquesta y le cambió el nombre a "Mantovani & His Orchestra", nombre que adoptaría a partir de ese momento, con el agregado de "Music for Dancing". En 1940 firmó contrato con Decca/London, sello en el que permaneció por 33 años. En junio de ese mismo año, en medio de la Segunda Guerra Mundial, Decca aprovechó el éxito de Mantovani para poner en el mercado música bailable de todo tipo y muy especialmente el tango, que había vuelto a florecer para animar el dramático panorama que se vivía. Aunque la mayoría de los tangos grabados eran de autores europeos, El toreador, Tango of Love del propio Mantovani, Tango Pizzicato, Kisses in the Dark, Araña de la Noche, Chiquita mía, Song of The Gaucho) y un popurrí de tangos con exóticos nombres, no faltaban El choclo, y Adiós muchachos. Pero la grabación de La cumparsita junto a Jealousy en un disco de 78 rpm, según los ejecutivos de Decca, se convirtió en el disco de mayor demanda del año a nivel mundial.

En esa época la actividad de Mantovani se extendió al teatro donde se desempeñó como director musical de varias producciones, entre ellas las de Noel Coward.

Recién casado, su esposa lo apoyó en la persecución de su sueño de juventud: dirigir su propia gran orquesta. Y si bien no le faltaba experiencia para ello -ya había tocado en orquestas en gira, en conciertos, en hoteles y salas de baile-, armar una orquesta con 28 cuerdas como atracción principal era un desafió que lo obligaría a componer, hacer arreglos, transcripciones y, más importante, dirígirla hasta lograr el sonido que siempre quiso.

Una vez armada, experimentó diferentes estilos hasta que, en busca de un sonido distintivo incorporó a Ronald Binge, un acordeonista que había tocado en su Orquesta Típica y se había convertido en cotizado arreglador. En calidad de tal, Binge prontamente logró el dramático efecto de las "cascadas de cuerdas" a partir de 1951 con la grabación de Charmaine, una canción escrita unos 25 años atrás. Charmaine no sólo le reportó a Mantovani el Disco de Oro con su venta de más de un millón de copias, sino que su gran éxito le permitió entrar definitivamente en el mercado norteamericano.

El efecto logrado con las cuerdas, que luego se usó frecuentemente en películas y programas de televisión, definió no sólo el estilo de Mantovani sino lo que dio en llamarse "easy listenig" o música orquestal ligera, base de una generación de imitadores.

Ese increíble sonido de las cuerdas hizo pensar a muchos que era un efecto artificial, al extremo de que un empresario dinamarqués que contrató a Mantovani le envió un telegrama diciéndole "Por favor, no se olvide de traer su máquina de hacer efectos. Nosotros le pagaremos el transporte".

A partir de Charmaine, Mantovani se tornó en una fábrica de éxitos, sobresaliendo su propia composición Cara Mia en una espectacular grabación que conquistó el Número 1 en Inglaterra y figuró en los Top 10 de los EE.UU..

Desde 1954 en adelante, Mantovani grabó para Decca/London un LP detrás de otro. Y si bien el advenimiento del rock & roll limitó sus entradas en las listas de popularidad de canciones, no ocurrió lo mismo con sus álbumes, sobre todo en el mercado norteamericano, donde entre 1955 y 1972, más de 40 de ellos llegaron a las listas de popularidad -27 en la de los Top 40, y 11 en la de los Top 10-, con ventas millonarias.

En esa década, las abultadas sumas de dinero que Mantovani le hacía ingresar a Decca/London producto de las extraordinarias ventas de sus discos, ayudó a financiar la expansión de la compañía con el advenimiento del sonido estereofónico. Embarcada en un ambicioso programa de grabaciones con la nueva técnica, la popularidad de Mantovani usando ese sistema alcanzó su tope, ganándose el apodo de "Mr. Stereo".

Era el momento de conquistar el mercado sudamericano. Para ello grabó varios LPs con tangos, tanto argentinos como internacionales. Y si bien ya había grabado con su Orquesta Típica algunos títulos en 78 rpm a fines de la década de 1930 y principio de la de 1940, entre la de 1950 grabó los LPs "An Album of Favourite Tangos", "Favourites Tangos (1953), y el álbum más destacado "Mantovani Plays Tangos" (1953) con 12 composiciones entre las que sobresalen sus versiones de Jealousy (Celos), A media luz, Araña de la noche, Tango de la luna, Adiós muchachos, El choclo, La cumparsita, y Tango delle Rose.

Desatada la locura del rock'n roll, Decca/London, para estar al día, dejó un poco de lado a sus artistas tradicionales y le dio prioridad a los nuevos grupos pop. Sin deseos de perder a Mantovani, lo presionó para que cambiara su estilo y pusiese su sonido a tono con las corrientes musicales del momento introduciendo una sección de ritmo moderno y algunos temas pop. Mantovani, que deploraba los malos modales, el mal gusto y los escasos conocimientos musicales de esos grupos, se negó a hacerlo. Su negativa hizo que Decca descuidara sus actividades. Por lo que Mantovani, para controlar mejor su repertorio y sus grabaciones, se convirtió en su propio productor.

Ante la ausencia de canciones actuales con substancia, compuso varios temas, mayoritariamente firmándolos con los seudónimos de Ivan Fosello, Paul Franz, Roy Faye y Tulio Trapani, y recurrió a viejos títulos que nunca había grabado. Fue así como aparecieron algunos de sus más memorables éxitos: Tea for Two, Whispering, Deep Purple, Just The Way You Look Tonight, September Song y muchos otros. Como resultado, a pesar del rock, su popularidad llegó de nuevo al tope de las listas de popularidad.

No cabía duda que Mantovani quería permanecer fiel a las normas de excelencia que se había propuesto. Su repertorio, si bien ofreció composiciones originales, se construyó principalmente en base a brillantes adaptaciones de conocidas melodías del momento: temas de películas, televisión y comedias musicales, canciones de moda, material clásico ligero, y demás. Sólo incorporaba periódicamente algunos temas contemporáneos que la moda imponía y que él podía adaptar a su propio estilo. Así fue como en busca de temas más actuales, el primero que encontró para incorporar a su repertorio fue Yesterday, el tema de los Beatles que orquestó como un romántico nocturno para violín y orchestra.

Así y todo, al avanzar la década de 1960, el estilo de Mantovani, fácil y ligero, se distanció cada vez más del gusto popular, lo que hizo que la ubicación de sus discos en las listas de popularidad comenzara a declinar hasta desaparecer por completo. Su última entrada fue en 1972 con el álbum titulado "Annuncio Paolo Mantovani".

En 1967 Decca volvió al tango con "Mantovani Tango" y "Old & New Fangled Tangos". Grabado éste último primordialmente para el mercado japonés, contenía melodías populares en tiempo de tango, como Whatever Lola Wants, Hernando’s Hide way, Takes Two To Tango, Rain In Spain, Tango delle Rose, Bésame mucho, el que da el título al álbum y el infaltable La cumparsita.

Entre 1968 y 1973, Decca/London, en su afán por permanecer al frente de las grabadoras inglesas, trató de agrupar un elenco de roqueros de rápida venta. Y si bien lo logró, cuando reaccionó, entre haber aceptado más y más las absurdas condiciones de los grupos, pagarles ruinosos derechos de autor, y administrado pobremente, había casi perdido todo su elenco y, peor aún, quedado al borde de la ruina. Para salir del paso, los ejecutivos desempolvaron los discos de Mantovani y asociándose con Readers’ Digest Club de Inglaterra negociaron una caja con un juego de siete LPs -en ese momento las cajas de 8 a 10 LPs era un gran negocio del Readers’. Puesta a la venta, batió todos los récords previstos: 450.000 volúmenes (más de tres millones de LPs si se cuentan las unidades separadamente). Ironía del destino, esta venta tope, la última importante de Decca/London antes de cerrar, la había producido el mismo músico que originó la primera venta importante de la grabadora.

En total, Mantovani, que vendió en vida cerca de 35 millones de discos, había grabado para Decca/London más de 50 álbumes y numerosos discos en 78 rpm. Cuando en 1973 Decca fue disuelta y absorbida por MCA la actividad discográfica de Mantovani se terminó.
En ocasión de su 25 aniversario como artista de Decca/London, Mantovani se presentó con su orquesta en el Royal Festival Hall en Londres. Durante el concierto, el presidente de la grabadora, Edward Lewis, le entregó una Batuta de Plata y citó los extraordinarios logros de Mantovani, recalcando que el Queen’s Award para la Industria del Disco recién otorgado a la compañía, se le debió haber otorgado a Mantovani por las colosales cifras de ventas lograda con la exportación de sus discos durante su carrera en la grabadora.

Y si bien la música de Mantovani nunca desapareció del mercado, su continua popularidad se hace evidente con la cantidad de álbumes originales que en la actualidad están siendo puestos a la venta por la etiqueta inglesa Dutton-Vocalion, etiqueta que incluso en 1999 editó una serie de CDs con recopilaciones de sus grabaciones hechas en la década de la Segunda Guerra, destacándose el titulado "Tangos, Concertos & Other Light Music".

Mantovani falleció el 30 de marzo de 1980, en su casa rural en Tunbridge Wells, Inglaterra. Tenía 74 años*
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